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T
POESIAS
DE
FRANCISCO BAUZA
MONTEVIDEO
Impreula de LA TRIBUNA, calle 25 Mayo, uúm. 8;'.
1869
PRÓLOGO
L'n libro de poesías, no es mas que la espresion de las
aspiraciones de su tiempo.
Cada siglo (lene una idea, cada generación un hom-
bre, cada época un hecho, que constituye la fisonomía his-
tórica de su existencia trascurrida.
La Revolución Americana, al dar su nombre á nuestro
siglo, ha vinculado á sus ideas los hombres y los princi-
pios, las aspiraciones y las épocas, que han marcado la ru-
ta de las dos grandes generaciones que han caido.
Pero si bien el nuevo Decálogo de la regeneración
humana, se fulminó al estruendo de los tronos que se des-
plomaban, del fuego de las batallas, y del rayo popular que
anonadaba á su paso las vetustas instituciones del despo-
tismo; el sello de Ja grandeza quedó imprimido en todas
sus obras, y algo de ese instinto marcial llegó á heredar su
poesía.
Nosotros, hijos de su continente, y de los soldados de
su revolución, sentimos en nuestras venas todo el entu-
siasmo de su sangre.
Generación de lucha, nacida entre las tempestades de
la guerra, guarda nuestro corazón el presentimiento
de los grandes hechos y el orgullo de las páginas inmor-
tales de la Historia de la Patria.
Por eso nuestra poesía apenas naciente, deja entre-
ver ya el ideal que perseguimos. Revolucionaria como su
origen, presiente que no ha concluido la misión de nues-
tros pueblos, porque la revolución de Mayo fué la cruzada
contra los lirunos y los tronos; y tronos y tiranos existen
aun sobre la tierra.
II
Xiiostra poesía pues, tiene su razón de ser; como tie-
ne una misión, y obedece á una necesidad.
r>aio estos auspicios, publico yo mi libro.
Hijo de las agitaciones de su tiempo, lleva en si todns
las faltas y todas las ilusiones que constituyen nuestra vida
democrática. a- - ^
Él es, en suma, la manifestación de los sentimientos
de mi generación: el orgullo del pasado y la fé del porve-
nir.
Siento en mi alma ese orgullo y esa fe, y no será la
vorágine de las pasiones la que arranque de ella esa fuerza
espontánea y grande, que la bace recbazar el desencanto.
Caminamos al porvenir, que es el coronamiento de
nuestra obra.
Yo tengo fé que el destino de mi Patria está escrito
en el libro de las grandes naciones.
Francisco Oauzá.
A L\ INDEPENDENCIA
DE LA
REPÜBLICA ORIENTAL DEL URUGUAÍ
Lúgubre noche cubre con su manto
A todo el continente americano,
Infundiendo el vacio con espanto
Kl pavor misterioso de un arcano.
Jtugen los mares con tremenda ira.
Muge soberbio y destemplado el vicn*-».
De los volcanes la siniestra pira
Amenaza abrasar el firmamento.
En medio de este cuadro tenebroso
Gigantesca esplosion de todo un mundo.
Un estruendo terrible, pavoroso
He escucha desde lo alto á lo profundo.
kSc ilumina el espacio y descendiendo
Desde el cielo se mira una ilusión,
En la diestra vá un lábaro blandiendo
Que anuncia para el orbe redencinn
Suelto el cabello, la mirada ardiente
Señalando su mano al porvenir,
Ilesplandece la fe sobre su frente
Y se mira su labio sonreir.
En la cumbre del Andes se detiene,
»Su mirada pasea el continente,
Y con la voz que el inspirado tiene
Fulmina el rayo que albergó su mente:
o
" Yo soy el Géiiio Americano — dic e
Do aqiii mis pueblos libres surgiréis
" Kl Señor de los cielos os bendice,
" Los destinos del mundo cambiareis.
La América, de iJius es la elegida
" Para ser profetiza de la idea,
ÍSu voz, es la palabra de la vida,
" Que su vivir la democracia sea !
• l'iit'blos surgid! yo velo por vosotros,
• Dios me destina en su saber profundo
A ]>ri)tegeros— venga con nosotros
" lia fé que salve y regenere un mundo !
Calló la voz — El sol radiante y bello
Los espácios inmensos alumbró,
Y li la luz de su vivido destello
]\In1titud entusiasta de agitó.
Amaneció el dia santo
Que los siglos señalaron
Y'' los pueblos se lanzaron
A cobrar su dignidad,
Uno, fué su pensamiento
Una, su causa sagrada,
La bandera tremolada
Del bombre la libertad !
La Í6 que la democracia
En su corazón sustenta
Litrépidos los alienta
Por su derecho á luchar,
Y combatir arrogantes
Contra la opresora gente,
Contra el pueblo que valiente
Nos lograra dominar.
Contra el pueblo que en Europa
Su s pendones paseó
conquistó
Desde Nápoles á Flan des.
Que dió naves á Colon
Para un mundo descubrir
Y^ su estandarte blandir
En la cima de los Andes.
Contra el pueblo agigantado.
Tan inmenso en poderío,
Tan heroico, tan bravio,
En fin, el pueblo español.
Que en su orgullo dijo al orbe :
Si acaso me guardas zafia
Es porque en tierras de España
No se pone nunca el sol !
A ese pueblo fué preciso
Declararle guerra á muerte^
Estaba echada la suerte
Y era preciso luchar,
La América se levanta,
La sangre de estrambas corre
Sin que en la mente se borre
El designio de triunfar.
En Suipacha y en las Piedras
La victoria nos ayuda.
Nuestro destino se muda
Porque empieza á relucir,
La estrella de la esperanza,
La estrella de la alegria
Que á nuestros soldados guia
Al sitio de combatir.
El Cerrito es otra pájina
Que se añade á nuestra historia
Inmortal como la gloria
Que la pátria alli alcanzó,
Y frente á Montevideo
Lo elevó Dios como ejemplo,
Como magestuoso templo
Que al futuro le guardó.
En los campos inmortales
De Tucuman y de Salta
El patriotismo se ecsalta
Y vence al Hispano allí;
En Vilcapugio y Ayouma
A nuestras huestes vencieron
l^ero solo consiguieron
Retardar el porvenir.
La fe salva, y hace eterna
Esa constancia en la idea
Por lo que bravo pelea
Con justicia un pueblo entero,
Crea recursos sin nombre,
8u civismo lo duplicii,
Sus esfuerzos multiplica
Y marca su derrotero.
Asi del mar proceloso
De pasiones encontradas,
De lágrimas derramadas,
De sangre y de mortandad,
Aparece en lontananza
Y surge al fin la figura
Grande, patriótica y pura
(^ue afianza la libertad.
San Martin sube á la escena,
Cbacabuco y Maypo, grandes
Como hijos de los Andes,
El premio á su genio dan,
Y premian también á Amérir;^
Que su libertad afianza,
Inclinando la balanza
Du nuestros destinos van.
Pero aun otras derrotas
Sufre el pueblo independiente
Que el enemigo es valiente
Y temblando de ira está,
Kueva sangre se derrama,
Sn deseo no está estinto,
Y queda el campo retmto
En Torata y Moqueguá.
No abaten, no, estas derrotas
La fé del pueblo sagrada,
Está ella vinculada
Con su sangre y su ecsistencia,
Y espera de pié y constante
El momento ha tiempo ansiado,
Tantos años anhelado
De sellar su independencia.
Al fin se cumple su espera;
Bolívar es victorioso
Y su génio portentoso
Sigue la marcha emprendida,
Ayacucho y Junin vienen,
La España está derrotada,
La América libertada.
La tiranía perdida !
Así el pueblo americano,
Por sí tan solo ayudado,
8e miró fuerte y osado
Retar al rey español,
Y tremolar por bandera:
La muerte á la tiranía,
Del pueblo la autonomía,
Libro el liombre como el sol !
Aprended, pueblos del orbe
Los que acatáis á los reyes
Y sois degradadas greyes
Vegetando en la abyección;
Aprended lo que es el pueblo
Cuando se alza omnipotente:
8u voluntad, un torrente,
Sus palabras, leyes son !
Así á la lucha santa se lanzaron
Nuestros padres con ínclito valor,
Y una patria de libres nos legaron
Como premio y ofrenda '
Grandes virtudes á su paso guia,
Fé inquebrantable su valor les da,
Mira su mente con afán el dia
F/^ (pu^ l;i ])Mtv'n libre vivirá.
La libertad iniuudc en cada peciio
La doble fuerza de entusiasmo y gln>
Y si el camino se presenta estrecho,
Un héroe mas señalanl la historia.
.NO lio, si el enemigo es fuert
El hombre libre no concibe el miedí»;
Desprecia altivo, al combatir, lanr
Que no es esclavo que se bate ciego.
Hay una patria que en su esfuerzo
Hay un hogar que vencedor le espera,
Y el total de su sangre vertería
Antes que á alguno de los dos se I
Soplo divino del Señor alieni;
La fe que guarda el corazón paLricuo,
Y ardiente crece y poderosa amnenta
\ tm-m1;,1;i f mk^ srande i^l -nrrificio.
NO iua liada que la venza; es infructuoso
n teri-or y la muerte en competencia;
Un instinto revive poderoso
Q„e"la sangre transmite como herencia.
y esc instinto secreto es la g^'^ndeza
Que muestra el pueblo que en su causalucha,
Grande es su esfuerzo y grande su nobleza,
Porque es la voz del corazón que escucha.
Y es que los pueblos que por sí se baten
liluestran virtudes que no están escritas,
Infortunio ni penas los abaten.
Antes bien sus creencias fortifican.
{Surgen grandes figuras de la nada,
Hombres que afrontan el luchar serenos;
Si ellos perecen en la lucha amada,
Hozan sus hijos libertad al menos!
Así fué Artigas! Levantó entusiasta
En el nombre del pueblo una bandera.
Su fé tan grande á conducimos basta,
TnmiíTurnndo la moderna éra.
Altivo el genio se posó en su frente,
Sonó la hora para 61 marcada,
ün pensamiento germinó en su mente
Y un porvenir nos dibujó su espada.
Pero era solo al porvenir guardado
La magnitud del pensamiento santo;
Habia el pueblo un trono derrocado,
Pero otro trono le aguardaba en tanto.
Arrojado del suelo el león hispano.
El Oriente, que libre se creyera.
Encontró que el altivo lusitano
Su diadema forzoso le impusiera.
Nueva hueste estrangera nos invade
El portugués monarca nos la envia,
Y en su loco delirio cree que añade
Nuestra patria á los pueblos que regia.
La cadena tronchada se reata.
La cerviz altanera se doblega;
Mas la idea del libre no se mata,
Y el pueblo espera, que su dia Iloíra '
— 7 —
Nuevo tirano se anida
En tu hogar, patria querida,
Pretendiendo ahogar la vida
Que robusta Dios te dió;
Mas es su esperanza vana,
En valde quiere y se afana,
No nacistes sierva, no.
En vaiJü la iiiipia siieiLc
Probar quiso tu ahna fuerte
Con martirio que la muerte
Diera á otra en tú lugar.
Llena de fe bendita.
Cruzas la senda descrita
Sin siquiera vacilar.
Como al ideal soñado
Rinde culto apasionado
El que solo esperanzado
En el porvenir está.
Así tú en tu desventura
Guardaste la creencia pura
Que la fé tan solo da.
Esperaste, patria mia,
En la estóica valentía
De tu pueblo que sufria
Sin jamas desesperar;
ílablaste á tus hijos luego
Y con sacrosanto fuego,
Se lanzaron á luchar.
TreiiiLci y Tres huiiibrcb vaiicnír.-
Se hicieron los contendientes
Del tirano y de sus gentes.
Solos guiados por tu amor;
Y por libertar sus lares
Pusieron en tus altares
Su intrepidez y su honor.
Esa fé, bella, radiante,
Que tú guardaste anhelante
Tan intrépida y constante,
A ellos brios infundió.
Lueliaron! la tiranía
IVIurió de un golpe ese dia,
Y nuestra causa triunfo !
Y est.^m en nuestros anales
Cual símbolos inmortales
De las glorias orientales
De eterna recordación,
Los nombres santos, benditos,
Laureado siempre, inmarchitos
D,' S n-nii(lí V del Rincón.
lluzanigo, es complemento
De ese grandioso portento,
De ese cúmulo sin cuento
De glorias y de valor;
}Su nombre imperecedero
Establece el derrotero
Del pabellón vencedor.
Bendita por siempre seas,
Y coronada te veas
De las eternas preseas
Que te da tan noble acciun.
Patria, mi frente se huniillii
Y te doblo la rodilla
En señal de admiración !
Y tu, mipálria de cniuasisiuü llena.
Te ostentas libre al universo entero,
Abatido el pendón del cstrangero
Y hcchn pedazos la fatal cadena.
Lu libciuia lia &iüo Lu Ijuudera;
Luchas y vences; tu grandeza at..a>i>',
En tu civismo y tu valor me inspiro;
Y el corazón me dice \ cree y espera !
i^CM^ic uu pui'Ví'iiir, liácui ei caJumuíi,
Y encontrarás al fin de la jornada,
Que tu frente querida se halla orlada,
Patria, de flores, no como hoy de espiii
Has sufindo, señora, \, Iíu.n iiuiduo,
Es la herencia de todas las naciones;
Deja que algo se enfrien las pasiones,
Y el fruto de la obra habrás logrado.
El porvenii < . üuc mk»! á él marchamo
La demorracia nlienta nn^'^írn brio:
El mar de las pasiones es bravio
Pero el puerto anhelado divisamos.
Fé, y concluyamos la empezada om,..,
Nuestro camino guie tu bandera;
Adelante, adelante en la carrera,
Que á ti civismo y magnitud te sobra!
Adelante! no mueren las naciones
Que como tú derrotan los tiranos,
Y proclaman derechos soberanos
Al estruendo del fuego y los cañones.
No mueren pueblos que cual tú dan leyes
Que al porvenir su marcha han disefiad
Y en medio de la lucha han declarado :
Libre al esclavo, nulos á los v(»ves!!
El mundo sigue la marcha
Que le impusiera el destino
Por el constante camino
Que guia á la perfección.
Violentos sacudimientos
Parece que lo desvian,
En cada encuentro porfían,
Y de ahí surge una nación.
Regenera el universo
Todo lo que está creado,
Lo vuelve perfeccionado,
Y nuevo imj^ulso le da,
Cual silencioso cometa
Que en su marcha el viento apura
La atomósfera de hoy depura
Y á esconderse luego va.
Así el sol de Abril y Mayo,
Describiendo su ancha curva,
Pueblos enteros perturba
Sobre de ellos al pasar;
Y en lucha acerba apnrndí^^,
Creen su vivir perdida.
Para ver luego erigido
De una patria el nuevo altar.
El vaWe la tiranía
Se opone, y se esfuerza en vano
- 10 -
Por cortar la oculta mano
Que rompe al pueblo el dogal.
Triunfa eu mas ó menos tiempo
La idea de independencia, ^
Como atributo en su esencia
De la gran ley natural.
Porque escrito está en las leyes
Que nos dio naturaleza
Que de la árida paveza
Del viejo vivir que espira.
Se alce la fecunda idea
Que regenera lo creado
Y cuyo triunfo lia costado
El pasado que se mira.
Y nosotros hemos visto
Estas verdades cumplidas
En las luchas trascurridas
Que la América llevó.
Se han derrumbado los tronos,
Miles de hombres han caido,
Y solo ha sobrevivido
Lo que la razón dictó.
¿ Dónde están aquellas masas
Que los tiranos rigieron
Y á quien por nombre pusieron:
Colenias de nuestro rey 1
Donde están ! mirad: son pueblos
Que la libertad ha creado,
Y que un dia habrán dictado
A todo el mundo su ley.
El pon una brillante á mi memoria
Me muestra con su andar al infinito
Tu destino en el libro de la gloria,
Patria querida, para siempre escrito.
Las cadenas trozando del pasado,
Arrasado á tus piés el despotismo,
Y en un trono de glorias todo orlado
Tus virtudes, tu amor y tu civismo.
No las míseras guerras entre hermanos
La sangre de tus hijos derramando,
— 11 —
Y míseros, desleales, inhumanos,
Tu túnica sagrada desgarrando.
xNo serán tus altares profanados
Ni violados tus códigos y leyes '
Ni los pueblos de libres gobernados
Por sacrilegas manos como greyes.
No veremos el pecho del hermano
Ya por el brazo del hermano herido,
Ni romperá nefanda nuestra mano^
El lazo con que Dios nos haya unido.
No el despotismo se erguirá insolente
Sin encontrar á sus maldades valla,
Ni arrastrará en su carro delincuente
Nueva hueste que lleve á la batalla.
Seremos unos— tu grandeza amamos.
Mas te amaremos en unión estando,
Y estrechados iremos por las manos
Solo tu gloria j dignidad velando.
Las leyes que valientes nos dejaron
Nuestros padres, compradas con su vida,
Respetadas cual ellos lo ¡censaron
Serán el arca divinal querida
La fé de ahora, coronada entonces
Por la grandeza de la nueva era,
Dejará escrita en eternales bronces
La gloria ecselsa de tu gran bandera.
Esa esperanza mi camino guia
En este valle de dolor y llanto,
Hasta entonces acepta Patria mia
El homenaje de mi humilde canto !
A MI MADRE
fAL PARTIKl
Interrogan mis ojos tu miradii.
Y la encuenü-o turbada y conmovidu,
Y veo en tu megilla retratada
La huella de una lágrima vertida.
Gracias por ello ! El corazón me late
A tu presencia, y mi aflicción se calma,
No turbará la pena que me abate
La fé que guarda para ti mi alma.
Es para mi tu amor una esperanza,
Una estrella en el negro firmamento,
De ese camino á que mi paso avanza
Y al que impelido sin querer me siento.
Tu virtud me dá ejemplo en los dolores,
Tu recuerdo mitiga mis pesares,
Si en mi camino no se encuentran florea
Paz para el alma guardan tus hogares.
Volvere á ellos con el ahna pura
No importa si feliz ó contristado;
Ya en el triste sufrir, ya en la ventura,
Tu recuerdo constante me habrá guiado.
Dulces te sean, madre de mi vida.
Las horas que trascurran en mi ausencia
Y la brisa te lleve á mi partida
Un suspiro que calme tu dolencia.
Yo te lo envió, sirva de esperanza,
De lenitivo á tu aflicción, señora,
8i á mitigar tus penas él alcanza
Yo me siento tranquilo desde ahora,
1866.
OCEñNO
Mar inmenso !
Tus olas rugiendo terribles
En el helado espacio tan est< h
No son, no son, para mi almn horrildos;,
Yo he vist(
Desde el momento en qtfe ála vida existo
Un mar mas grande^ mas qne tu profimc
Cuyas borrascas que no tienen nombre
Rugen terribles en el mismo mundo,
Y es ese mar — El corazón del hombre !
ADORACION
Tu grandeza sin par he contemplado
Y el corazón con ansias ha latido
Cuando mis ojos hasta tí he elevado,
Y en mi alma, Señor, lo que ha pasado
Solo <ío '?nhe cuando ^ hn sentido !
Mezcla de amor, de admiración, de celo,
Dudas ahora, realidad desjiues,
Ansia mi alma de elevar su vuelo
A otra distancia que el mezquino suelo
Que liollaron siempre los mundanos pies.
Y t ji lili mismo delirio he conocido
Que tu mano potente me ha guiado.
Porque mi ser altivo ha revivido,
Y nunca como entonces he creido
Que fueras hacedor de lo creado.
i. Pero quién como yo no lo creyera
Al ver tus obras en la tierna sola ?
Quien aun la duda alimentar pudiera
Si un momento no mas se detuviera
A contemplar el curso de una ola !
Tú le has dado, Señor, al mar su brio,
Tú, claridad al refulgente dia,
Tú, misterio á las tardes del estio,
Y en fin, has dado al pensamiento mió
El deseo, el amor, la poesía.
Yo te admiro. Señor, porque pusiste
Valor á mi alma, al corazón lealtad,
— 15 —
Y con ellos el grémeii eiiet na: >¡r
Del amor á la patria que me diste
Y el amor ála santa Libeiia:!.
Yo he cruzado sereno mi camino
Llevando la esperanza por estrella
Y nunca desmayé porque el destino
Alargara la ruta al peregrino
Para sembrar espinas en su huella.
Las fibras de mi alma conmovidas
Por tantas emociones que he probado
Me han hecho mis ideas mas queridas,
Y las horas pensando trascurridas
Mi espíritu también han retemplado.
El temple de la idea no se mira
Sucumbir al embate de pasiones^
Es su gérmen cual fuego de una pira
Que al resistir del vendabal la ira
Va creciendo á la vez en proporciones.
Asi el temple de mi alma ha soportado
De las pasiones el violento embate,
Y la fe que constante me ha guiado
En el mismo camino me ha encontrado
Porque el luchar mi espíritu no abate,
Yo te amo, Señor, porque me has dado
Este instinto que en mi alma se revela,
Que en el andar del tiempo no ha mudado
Y en el mar de mi vida ha reflejado
Como la luna que en los mares riehi.
El fué mi norte, nn liu^iou quei ida.
El fué el deseo que sentí latente,
Fué la vestal de mano bendecida
Que con su fuego calentó la vida
De las ideas que brotó mi mente.
EL PRi
ER LLANTO
¿Lloras acaso, porque está afligida
Tu alma inocente que comienza á amarf
Consuélate ! que hay seres en la vida
Que sufren y no pueden ni llorar !
¿AgubLa Lu uk'giia un desengaño
Que te llena de angustia y de dolor ?
V uelve á la fél que hay seres que en su engaño
Va eran errantes, sin sentir amor.
ísiua querida, que en tu llanto amargo
Desahogas tu triste corazón,
Es el camino de la vida largo
Y has perdido recien nna ilusión !
Deja que corra el cristalino rio
De una existencia que el amor formó,
Si un desengaño te ha punzado impío
No el porvenir con su dolor mató.
Tén esperanza, guárdala en tu alma,
Ella nos hace la existencia amar,
Ella dará á tu espíritu la palma
Onp en f'l presente columbró al soñar.
£1 bien no siempre se consigue breve-
Cuesta alcanzarlo, pero lo tendrás, '
Deja que el viento tus suspiros lleve
Que algún diala dicha alcanzarás.
l Qué es la existencia 1 Un soplo de ese viento
■ . te agita las tormentas en el mar,
Luego si falta al corazón aliento
¿Cómo podrás con el dolor luchar?
Tienes quince años, es edad muy corta,
Un largo trecho aun recorrerás,
Ten fé y camina lo demás ¡qué importa
Angel querido, muy feliz serás.
^^^^^
CRISTOBAL COLO!
Ya estás en el Occeano,
Génio altivo y soberano,
Honor del linage humano,
Vasto designio de Dios !
Hácia el polo va tu vela,
Dejando tu carabela
Una nueva idea en pos !
Tiene tu alma creadora
La inquietud agitadora,
La tempestad rugidora
De ese turbulento mar,
Y en tu ansiar grande y profundo
Gigante ! sueñas un mundo
Y lo vas á conquistar !
La utopia que soñaste
Intrépido realizaste
Y los destinos cambiaste
Del mundo en el porvenir,
Basto ó el sueño que tuviste
Y los tronos conmoviste
Sin siquiera combatir.
Negra ingratitud ha sido
El prémio que has recibido
Por el servicio rendido —
Mas no tu obra se derrumba,
El prémio de tu desgracia
Es la santa democrácia,
Su monumento, tu tnmita !
U HERMMA DE CARIDAD
¡ Como me duele esta herida !
Mi pecho está traspasado,
La sangre no se ha estancado
Y se me escapa la vida !
Solitario y sin amparo
En este campo de muerte,
Yo también quedaré inerte
Sin que en mi se haga reparo.
Todo el dia me he batido
Junto con mis comj^afieros,
Blandiendo nuestros aceros,
Yo he quedado — ellos han liuido.
Ni una voz hay que consuelo
Me conceda en mi amargura,
Es esta ¡ oh Dios ! la ventura
Que impio nos guarda el cielo ?
¿Qué hice yo para sufrir
De una manera tan cruel ?
¿ Es preciso beber hiél
Para en tu gracia morir?
No hay ya fuerzas en mi mano.
Arde mi sien, tengo sed,
— Aqui está el agua, bebed !
Y tened paciencia, hermano !—
— Quién sois vos ? — Una muger
Que os ayudará á sufrir,
Y no os dejará morir —
Míoiif ras os pueda atender»
- 20 -
i
— fe Y que inicres irae hermana
Vuestros pasos hasta aquí ? —
—El interés que hay en mí
Es la caridad cristiana !
Yo cruzo los campamentos
Asistiendo á los heridos,
Dando fé á los descreídos
Y aliviándolos tormentos.—
¿ Y que premio os dan á vos
Por merced tan señalada? —
El mundo no me dá nada
Pero me lo paga Dios !
— Perdón, Dios mío, perdón
Si un momento te ofendí,
Si pude dudar de tí,
Si se ofuscó mi razón.
En este instante sintiendo
Tu bondad, estoy, Dios mió,
Perdón por mi desvario.
Ahora te amo y te comprendo!
Gracias hermana! sin duda
Sois ángel que Dios me envia,
Para dar al alma mia
La fé en que el hombre se escuda.
¿ Pero que puedo yo hacer
Para pagar tal favor?
— Orar cual yo, con fervor
Amar á Dios, y creer —
Nada mas, hermana mía,
Tan poco pide el señor,
— Solo quiere nuestro amor
Que es su paz y su alegría,
—Entonces al Dios clemente
Su gracia y perdón imploro
Señor admite su lloro!
— Bendice señor su frente !
ARCANO
En la plaza— de G riszler el sombrero,
Se coloca, mandando al pueblo todo
Le salude cual signo venerado,
Y el pueblo se doblega
Y cuando al sitio llega,
Con miserable impúdica bajeza
Doblega silencioso la cabeza
Rindiendo el culto que le fué mandado.
Un hombre solo despreciando altivo
El mandato de Griszler vengativo,
Tres veces pasa con erguida frente,
Haciendo ostenta
De no humillarse con tan iuu ai i cuta,
Y ser un innoble corifeo
Del tirano, adorando vil trofeo.
Griszler lo sabe — Venga á mi presencia
El que tuvo la audacia y la insolencia
De contrariar mi orden — Y en r;)^tigo
Sobre la cabeza de su hijo
Una manzana como punto fijo
Se pondrá, para que blanco sen
De su flecha, y su pulso aqui se vea,
Dijo y al punto
A Guillermo con su hijo junto
Los soldados de Griszler traen consigo.
En la frente del niño desgi¿iciado
La manzana fatal han colocado;
Ni una palabra de aquel coro emana.
Callan ansiosos
i jadean sus pechos vigorosos !
Guillermo Tell con la mirada asecha;
4
99 —
Auuntíi, zumba la terrible llecl
Y rueda atravezada la manzarui
Esa otra Hecha que también ll(>vaba8Í-
— Para partir, tirano,
Tu corazón estúpido é inhumano,
V- falta nunca en su divino nrcano
Una mano que guie
í.a enseña que al tirano desafie
Y diga: mi ojo tu vivir asecha
Y va conmigo la terrible flecha
Que ha de partir tu corazón, tirano!
Si mi pulso fallaba
Y (i mi hijo inocente lo mataba!
Asi, cuando la [»aLiiu esclavizada,
Por despótica mano está humillada,
Yo no conozco nada que iguale á ese tu rayo
Que irradian sus efluvios cuanto hay en derredor
Tan suave cual la brisa que en su último desmayo
Refresca la alba frente de diosa del amor.
Yo nada mas hermoso, mas suave, mas querido
He visto, que tus formas y tu preciosa luz,
Al verte mi tristeza del conr/on lia huido
Cuando la noche tiende su lóbrego cnpuz.
Aislada de las otras bellisimas estrellas
Pareces solitaria cual mágica ilusión,
Es cierto, siempre ha sido para las cosas bellas
Aparecer aislada'^, el justo aalardon.
Mil veces al mirarte tra^^iste á mi miauona
Sin yo saberlo nunca, ni conocer porí jue,
j\Iis penas y mis dichas, mis dias y mi historia,
Un desencanto ahora, 6 un rayo de mi fé.
Y siempre al contemplarte, contemplo mi exisi *
En tí como en un libro yo s6 mi vida leer,
Y siento de la idéala misteriosa afluencia
Al par que en tí me íijo, con íntimo jdacer.
«
Estrella que alumbrastes los pasos de mi vida,
Que siempre conmovido tu luz reconocí,
Ah! no te vean nunca mis ojos estinguida
Del firmamento puro, cuando los alcr ' f ^
BOLIMR Y SM MARTIN
Bolívar es el genio misteriubu,
Soñador, visionario, orgullo altivo.
Ardiente como el pais de que es nativo
Riisra un nombre en su hecho portentoso.
i'uüiLivo, sombrío, caviloso,
8an Martin es el génio de la guciiu,
Nada su alma de titán aterra,
El ríllnilo ponstante es sn roñoso.
Por los derechos del linaje humano
Ambos combaten con ardor profundo,
El teatro de su gloria son los Andes,
Su inspirador el génio americano,
La democracia les adeuda un mundo
Y la historia sus páginas mas grandes.
Solitario en tus playas me detengo
A contemplar tu oleage que rugiente
Trae á mi vista el tinte reluciente
Del elemento que en tu seno estd,
Y á cada embate que en tu ira ruda.
Das á la costa que mi pie resguarda
Una nueva impresión para tí guarda
El alma inquieta de emociones ya.
Siempre fué mi descanso la borrasca,
La lucha es el placer para mi alma,
No me deleita tu encantada calma,
Me gusta verte sin cesar rugir,
Esas olas que elevas gigantescas
Estrellando en las rocas una á una
Me recuerdan del hombro la fortuna
Al verlas en espuma convertir.
Tú eres solo, un reflejo de la vida,
Por eso te contemplo con constancia.
Por eso te suplico con instancia
Embravescas tus furias ante mí,
Vengo á estudiar en tu borrasca eterna
La condición del corazón humano
Que no hay duda fué creado por la mano
Que en un dia los hizo á él y á tí.
El aquilón que bate mis cabellos
Refrescando la idea de mi mente.
Se lleva cuando empuja la corriente
Los suspiros que ardiente le arrojé,
Y en medio de sus iras, un asilo
Busco en tus playas sin refugio y solas,
Y al murmullo sal vage de tusólas,
Cansado de esperar jne donniré.
pónde vas triste y lloroso
Pobre anciano desdichado,
Cuyo pie el camino ha hollado
Tan tardio y trabajoso^
¿Porqué te paras y miras»
Hácia atrás como dudando,
Y la cabeza bajando
Pálido y triste suspiras?
¿Qué Jioiida pena te conmueve,
Qué dolor tu pecho agita,
Pues tu frente ya marchita
Oscureció el fiero aleve?
¿Es acaso mal del alma
Lo que sufres, buen anciano,
Y del destino la mano
Tr» arranca fiera la calmad
^,Es acaso de un pasado
Las delicias que tú lloras,
El recuerdo de otras horas
Que tu alma han agitado!
¿ Ls el negro porvenir
Que sin esperanza miras,
Y temoroso sus iras
t ' itreves á batiri
Vo quiero anciano saber
Porqué sufres, porqué lloras,
Yá quién en tu mal imploras
Que cese tu padecer.
- 27 ~
Quieroiiulagar esas huellas
Que el dolor dejó en tu frente^
Ver tu ayer y tu presente,
Tus horas tristes y bellas.
Quiero ansioso comparar
La existencia de los dos,
Y saber sí á todos Dios
Nos dá el sufrir y el gozar.
Dime entonces si sabré
Lo que ansio de tu historia,
Recorre pues la memoria.
— Está bien, empezaré:
Yo era jó ven como tú,
Como tú ansiaba el saber.
Mi existencia era el placer,
El amor y la virtud.
Eran mis dias serenos,
Tranquilos y venturosos,
Llevándose vaporosos
Mis pensamientos amenos.
Calma do quiera veia.
Halagos en la existencia,
Y con grata complacencia
Todo amor me sonreía.
Asi trascurrieron bellos
Mis dias gratos primeros,
Siempre puros^y hechiceros
Cual de ventura destellos.
Mas un día ya el destino
Cansado de mas favores,
Arrancó las bellas flores
Que plantara en mi camino.
Y la desgracia impoiieiiio
Con su ira desmedida.
Se cebó ciega en mi vida
Cayendo sobre mi frente.
¡Ay ! entonces yo probé
Cuan horrible es el sufrir,
Desde aquel dia á vivir
En la miseria empecé.
u,.. a para mí amistad,
Concluyó todo cariño,
Las ilusiones del niño
No eran ya para mi edad.
iu>ius ia cara volvieron
Al desgraciado en olvido,
Y solo.... para el mendigo
Algunas puertas se abrieron.
—Y te oyó la sociedad.
—La sociedad ¡ilusión !
Algunos por compasión
Oyeron la caridad.
La sociedad me olvidó^
Y me dijo al ver mi oficio:
Si sois pobre, id al Hospicio,
Para eso lo pago yo.
Y cansado de llorar,
De dolor el alma llena,
Olvido un tanto mi pena
En el continuo vagar.
8i alguno llega á encontrarme
Le estiendo mi vieja mano,
Dice uno: ¡perdone hermano !
Otro me da sin mirarme.
— Y eres solo en esta vida ?
— Solo soy y á nadie tengo.
El lugar do me detengo
Jís mi familia y guarida.
—Pobre anciano, pobre anciuiio,
Wi alma triste por ti queda;
Toma, hermano, esta moneda
— ¡Que Dios te lo pague, hermano!
áNGEL DORMIDO
Dejadla que está dormida^
No turbéis el dulce encanto
Que la aparta de la vida,
El ángel de amor la cuida
Y adormece con su canto.
Ha resonado en su oido
La mágica melodía
De un porvenir prometido,
El suave ensueño querido
De la dicha de otro dia.
Sus dones el cielo vierte
En tan joven criatura,
Dejad que los pruebe inei te,
No la hagáis que se despierte,
Es muy bella su ventura !
Mí
s
ü
OSE ARTIGAS
Tempestad en su curso detenida
Por prepotente, incontrastable valla,
La que se mira á su asomar derruida
Cuando tremenda en su rugir estalla.
Torrente cuyo cauce no detuvo
La muralla de fierro de un tirano,
Y ( II su rápida marcha á sus pies tuvo-
Lii corona y el cetro del hispano.
(lénnen de una idea que ha vivido
Sobre las ruinas del fatal pasado,
Que la marcha del tiempo no ha estinguido
Y todo un mundo en sus aras ha inmolado.
Estrella que guió nuestro camino
Mostrándonos el fin de la jornada,
Y oscureció á los golpes del destino
Para brillar después mas animada.
Meteoro del cielo despedido
Para alumbrar el limbo do yacia,
El pueblo degradado, envilecido',
Que las cadenas arrojar pedia.
Mártir que lleva.> ui luuu/.cí tiguidu
Pi-esentando tu frente ante Ja historia,
A que juzgue severa de tu vida
Y haga recta justicia á tu memoria.
: u bebiste las hece^íHÍ veneno
Que te diera la envidia en su demencia
Ah ! bendita la ^dre que en su seno '
Preparára gigantón o\-i«fr>u fn '
- 31 ~
Y bendita la tierra que produjo
Un adalid desemejante talla,
Que nuestra hueste intrépida condujo
A cubrirse de gloria eu la batalla.
Tú le diste á mi Patria surenombrr
Y plantára tu mano la simientt\
Que grandiosa en sus frutos dijo al hombre:
Lo que no está bajo el derecho ¡ miente !
Y no fueron bastante las almenas
Del castillo del déspota á tu arrojo^
Tú rompiste con brio las cadenas
Onr» r^. 1^1(^^)10 COU Cliojo.
¿ \ adonde volveremos nuestros ojos
Que no encontremos tu memoria augusta.
Y arrojados al suelo los despojos
De la opresión satánica y vetusta?
Desde el Cerrito hasta el Rimac soberbio,
Desde el Plata grandioso á Chacabuco,
¿ Tus banderas no son el estro y nervio
Que sostienen la gloria que les cujio ?
¿, Nü ^L* liiiiciii aiii wucs'ii'üs .moldados
Combatir por la América, valientes,
Y á sus bravos hermanos aliados
Libertar los modernos continentes ?
Proscrito mueres, solitario y triste,
Olvidado del mundo en tu destierro,
Pero al morir ¿ acaso no sentiste
A tus plantas de un rey el cetro íerreo í
Era tu obra! su envidiable prémio.
No para ti, soldado, habia sido,
Tu estrella no es vulgar, es de otro grem io,
La libertad la creó y no se ha estinguido !
Siglos enteros pasarán y Oriente
Tu nombre guardará — Nombre bendito !
Vele tu génio de su ardor la mente
Desde tu puesto vu el infinito!
¡ADIOS!
Parto ya 1 conmigo llevo
Todo un mundo de ilusiones
Que (i nuestros dos corazones
Un horizonte creó,
Mundo estraño, dulce cielo,
►Sereno como los dias
En que hermosas utopias
El alma nuestra soñó.
Mi camino es una huella
Insegura y solitaria
Cual la existencia precaria
De un errante trovador,
Y los dias que trascurran
Desde mi pronta partida
Serán una nueva vida
Sin encanto y sin nmor.
Llevo en el fondo del alma,
Para que calme mi anhelo
El apenado consuelo
Del tiempo que trascurrió,
Y tu mirada postrera
Con tus lágrimas mezclada,
Que como brisa templada
Mi corazón refrescó.
Mil veces me he preguntado
Al emprender el camino,
Cuál será nuestro destino.
Cuál nuestra estrella será,
- 33 -
Y siempre me ha contestado
Un estrafio sentimiento,
Quizas un presentimiento
Que el corazón me dará.
Ah ! tan bella mas no importa,
El camino de la vida
Es una senda perdida
Entre un descenso veloz,
Yo vivo con tu recuerdo
Y al hollar ese camino,
Mi espíritu peregrino
Viviríi en ti, ¡ adiós ! ¡ adiós !
Una página mas en las escritas
Para tu álbum te dedico, hermano;
Si mis flores acaso son marchitas
No á la dádiva mires, sí á la mano.
Es para tí la misma que otros dias
Estrechaste en tus horas de amargura.
La que tierna palpó tus alegrias
La que triste tocó tu desventura.
Es la página pues de nuestra historia,
Es el recuerdo del total pasado,
Todo un tiempo que viene á mi memoria
Dulce ó amargo como fué nuestro hado.
¿ Recuerdas cuántos los ensueños fueruu .
¿ Cuánto el futuro divisar quisimos ?
Ah ! ¡ porqué crueles para siempre huyeron
Aquellas horas que forjadas vimos !
¡ Cuántas fueron las vece« ^uc >.fii Lados
A la orilla del mar, en dulce calma,
El agua con sus brillos nacaradas
Una nueva ilusión le trajo al alma !
¡ Cuántas veces la rápida cornouLe
Al pasar juguetona en su carrera
Un pesar arrancára de la mente '
1 un placer en su sitio le pusiera !
¡ Cuántas veces la brisa peiíumada
Las palabras del lábio arrebató,
- 35 -
Y llevó á los abismos de la nada,
Kl '¿orreto cjiio el nlinn le confió!
¡ Cuántas veces también ¡ y cuántas fueron !
Cuando el mortal hasta de sí se espatria
Nuestros ojos ansiosos siempre vieron
Languidecer la estrella de la patria. !
Era entonces hermano, que comimos
Un otro pan que el del hogar bendito,
Cuando juntos las penas padecimos
Yo relegado, pero tú proscrito.
80I0 el recuerdo de sublimes dias
Que la Patria contára en sus anales,
Nos pudiera brindar, no ha alegría.
Poro sí rosiornnnios á sus males.
lian Sido tantos! tantos son ahora
Que el alma siente que el pesar la llena,
Y del sufrir y el llanto nueva hora
En el reló do la desgracia suena.
bolo nos resta de la fé el consuelo,
Canta, poeta! tu canción eleva,
La canción del proscrito para el suelo
A los arcanos infinitos llega!
No te importe si el viento- de la tierra
Bate impuro sus alas en tu frente,
La inspiración que tu cabeza enciei t a
Oiinvdnla pura, purn como <'st;') tu mente.
Canta, poeta! por el bien peleamos.
Somos soldados de la misma idea,
Si juntos hasta el puerto no llegamos,
Del primero que llegue el prémio soii
EL POETA
Como el volcan que vive de su fuego,
Como la ola que en el mar se agita.
Como el sol de la América radiante,
Asi se espande y se inquieta.
Asi ard^e, asi, se inspira
El corazón del poeta
Cuando rosüioTjji su lira !
Y hay en su númei^ ün* volcan ardiente,
Y es una ola inquieta stPpensar,
Y un sol alumbra suius^rirada frente
Y es su camino turbulento mar.
Ha soñado un edén de bendiciones,
Llora y camina á su adorado fin.
Cruza su pié las ásperas regiones
Que han de llevarlo al celestial confín.
Después la vida rinde en la' jornada
Vuela al edén do la ecsistencia es (] nieta,
Y en una tumba solitaria, aislada.
Escribe el mundo: "Duerme en paz, poeta"!
BRISA
Venid a mi memoria
Cual prismas encaiitada.s^
Horas que ya pasasteis
De mística ilusión/
Traedme en vuestras alas
¡ Oh brisas perfumadas !
Aquellas horas bellas
En el placer pasadas,
Que lánguido recuord i
Absorto el corazoi
Traca uji vuo.siras íúiís
Mis dias de ventura,
A cuyo santo fuego
Creció mi juventud,
Volved me á mis pensares
De angélica ternura,
Tesoro inmaculado
Que el alma guardó pura
Y fuente que vertiera
El bien y la virtud.
Las horaí> v i ;
Pura mi vida ahora
No son, no serán nunca
Cual esas de mi amor.
En vano el alma triste
Por su retorno implora,
En vano al recordarlas
Por su pasado llora,
¡Son frutos de una planta
Que sucumbió en su albor.
Pero mi fantasía
Desea recordarlas
Y (larlfs oxiütcncia
])u luiüvo con mi ulim,
Vivir en esa vidii
Que el tiempo se lia Ucvuil
Volvrr jiiiii l;i i'liiiila
l'or ííl cainiii" I "I",
Santuíii-i"
Qm(< mi '
Eu iju
Do II i>
Al l:i
V ..i .
Mi i
£n luiigui<
Mil'''
Yll«n,
"''^Ti (Tin I' f.
Al.:
' lili 1
i wi l í . íl(i;'
Si'i ruin'-'
\ ' M
Allr
I. iüsdi; . '
Si"'" lliln mi 1
Al - iidido
ló iiiia idc.i,
Quii liu' ( (.nio liiiu Uvlh
QiH! vagju'iiHu» íiil;íori'3
I'i l<) Hn lir/ tan ludJu
A iiiiii ¡lusi(»u qiKM-ida
(>nr . 1 (toruzoii formó.
Al ditt en quo mi oido
Nintió un «uindo vup^o
Kncuntador, nuMíih,.,
l^lacer cndíriugadoi",
íli'Vt'lucioiuiii ■ '
mi
;i9 -
Arcano (jiir ini' (li(»ra
Mi onc;inl:i(lora motii,
Ciinndo (vsrucluí «»1 nonnlo
Dü la i)alal)rii, nnior!
rroliidio iU) ...1.1 \ nía,
Para lui alma, nnova,
Arcano inisLorí'
Qiio ansioso penoLre,
(v<»lí;sj<» iHiraiso
J^)r lili ilusión sin. dn,
Tííinplo l)i'ti(lifionrM
Por el H(M l io
Kn (Miyo a ll ar bondilo
Llorando ni o ¡nclinr;.
Anior ' ido fneu;o
Qno la exist encia anima
Y á cuyo soplo niíli^ico
Ifovivií (d cora/on,
Mllnvio díVsprcMidido
Do la coíc'sío esfeiii,
(¿mí á ndVivscar la. fivnU^
I )td jMín»;^rino (*sp(»ra,
( loando iMi volcan arda:iii :
S«» (Mdip^-'a la V:l7oM !
lloras (Ir nn ('Xisl<
(¿ntí irasíMirristiíis l)i r\ r
í¿n(» nn ci^do nní mo-^l r;r^l «'Ím
Para despnes linir,
No 08 vayáis crn(drs
No nuí íhíjris aislado,
Y ya, (|no rn mis n*cM. .
Do nm»vo o> li^ :i
J)ojadnMí (jn»
sir.nta revivir !
i>rjiulm(i con vosotras
(Jol)rar mi anii,^no l)rio
Y rcüímplar mi rsi)íritn
En mágica cspansion,
Vivir niño inocente*
Kn el phuíor ponlido,
Kn el pasado t i(Mnpo
Qoii rápido ha corrido
^Sin (puMno impida ül calculo
Ni guie la razón.
- 40 -
Yo soy un áve errante
Que busca en su camino
Un árbol que la libre
De récia tempestad,
Vosotras mi pasado
Sois árbol de ventura
Detengo mi volido
En vuestra enramadura
Y canto placentero
Mi alegre libertad,
íSoy libre con vosotras,
Del mundo no me cuido
Y solo rindo culto
A mi ideal mansión,
Dejad que vuestra brisa
Me exhale el rico ambiente,
Dejad que caiga pura
En mi abrasada frente,
Dejad que me adormezca
Mecido en mi il'mVn» '
CANTO DEL PROSCRIPTO
¿Donde estás pátria del alma
Que en constante abatimiento,
Va en tu busca el pensamiento
Para volver á la calma ?
¿Porqué lejos de tus lares
Y de tu suelo bendito,
Me he de encontrar yo proscrito
Sin consuelo á mis pesares?
¿Porqué inhumano el destino
Descargó su férrea mano,
Sobre el desgraciado arcano
Que marcára mi camino ?
Para mi ya no hay consuelo,
No hay dicha no hay claro dia
Ni la mísera alegria
De estar llorando en tu suelo !
Mas ¿qué vale esto álas nüi.u
De los déspotas mandones,
Que es torturar corazones
Si satisfacen sus iras?
¿, Qué es privar de hogar y vida
A centenares de hombres.
Cuyos martirios y nombres
Nadie de saberlos cuida?
Y en tanto yo peregrino
De este valle de dolores,
Entre sus sordos clamores
Cruzo mi áspero camino.
Y en los on siicfios mentidos
Que concibió el alma mia,
Busco en vano el claro dia
En que los veo cumplidos.
Tnsic y solo, sin ventura,
Como el deshojado lirio,
Es la palma del martirio
El prémio de mi amargura.
Pátria, patria de mi vida,
Desdo mi eterno retiro,
Te envió triste suspiro!
Adiós, mi pátria querida !
A MI PADRE EL GEWERAL BAUZA
VENCEDOR DE GUAYABOS
60LD.U)0 DE LA mDEriiKDENCIA V LA DEFENSA DE MONTEVIDEO
Ko una queja al pasado, ni es un reto
El éco de mi voz que aquí retumba;
Ko es cl deheo de la glória inquieto:
Son lágrimas de amor y de respeto
Que } o vengo á vertir sobre tu tumba !
iJt . caiioa, v cLcrano! Tus soidcido
No oirán la voz del general y el lioinuic
Que en cincuenta años adquirió su;^ -nidos.
Hoy encubre tus restos olvidados
Una lápida humilde con tu nombre !
VISION
i ai)ü el aügel: « De hoy sobre tu frente
« Depongo un rayo de mi fé y mi dona »
Y yo senti la idea febriciente
Y no tuve ni dicha ni memoria.
Oro, palacios, pueblos y regiones.
Todo pasaba en mi terrible vuek),
Aires distintos, nuevas creaciones
Sentia y veía al acercarme al cielo.
Campos inmensos de grandeza estraña
En cuyo centro atónito me vi,
A lo lejos una hórrida montaña
Y una voz que decía: ¡ ven aquí !
Yo me acerqué, latía presuroso
Mi corazón, pero sin ser de miedo,
Era la voz un eco cavernoso
De aquel desierto solitario y quedo.
0 Ven á mi — dijo — tocaré tu frente,
(' Te elegiré á que seas de los mios,
« Luz y firmeza donaré ¡í tu mente
iN ueva luerza seuti, y audaz el ¿tima
No tembló de emoción, regenerada,
Adquirió la. firmeza de la calma
Y despreció los al)i«nios do la nada.
1 iuiu- ei electo del uiiáLeriu augusto
Que causaba en mi espíritu la voz,
Con íé en el alma, el corazón sin ^\\=^^o
Se elevaron mis ojos hasta Dio ■
LA mu u
mu
Siempre lo mismo ¡adelante !
Hacia el fin de esta carrera
Hay una lucha postrera
Y un paraíso también,
Hay el prémio del trabajo
Hay la gloria prometida.
Hay la corona ofrecida
Para orlar la heróica sien,
¡ Adelante !....Esa divisa
Es grandiosa y de esperanza
Pues te muestra en lontananza
Nueva estrella relucir,
Adelante, no te inquiete
La tempestad que rebrama,
Que ante esa mísera trama
No te verán sucumbir.
EL PORINIR
\ MI HERMANO BKT?>r\TlÉ)
La vida no es un sueño, hay siempre en su camino
Borrascas que domina con fuerza la razón,
Y no es juguete el hombre de mísero destino
Que agosta sus ensueños y seca el corazón.
La condición humana tiene en su propia esencia
Un gérmon que la impulsa intrépida á luchar,
Ya busque los problemas de la profunda ciencia.
Ya (¡uicra nueva rutajiara su bien buscar.
Enviados á la tierra á constituir gigauíc
Un edificio inmenso de bien y de virtud.
Estéril no es la lucha que roba á cada instante
La calma á nuestro cuerpo que muere en la quietud.
La lucha es nuestro campo, para luciiar naceinos,
El porvenir deseado es siempre una intuición,
El premio á nuestra obra que en lontananza vemos
Es de la fé del alma el misterioso don.
Asi es que el hombre crece, se forina j -o dii i-.
Por el camino arduo ó fácil que soñó,
El alma que la guie hácia su aíim le exige
En busca del ensueño que grato le ofreció.
En estas mis creencias, hermano, yo he busc,adt>
La ruta que he querido en mi camino hollar,
Y á veces entre espinas y zarzas he cruzado
La huella que creyera florida caminar.
A veces la ventura áligera mi planta
De nuevo en el camino con ánimo lanzó,
A veces fria noche que al viajador espanta
■ ' ondo precipicio terrible me ocultó.
— 47 -
Pero do quiera fuese, dichoso 6 desgraciado
El brio de mi empeño venció con terquedad
Volvi al camino ansioso mas fuerte y animado
Como los veinte años de mi ferviente edad.
Y tú que tantas veces has oido de mi boca
La Cándida esperanza que guarda el corazón
¿ Creerás que en mis pesares la fé me fuera poca
Cuando he soñado un mundo de gloria y de ilusión ?
No creas, fé no falta al que afrontó el destino,
Al que sonriendo altivo sus furias despreció,
Y solo ó desgraciado, feliz ó peregrino,
El fin de mis ensueños he de alcanzarlo yo.
m miim
A vosotros que caísteis en la lucha
Abrazados al pié de mi bandera,
Valientes paladines que la pátria
Os contempló orguUosa engrandecerla
Y vuestro esfuerzo consiguió gigante
Arrancar de su cuello la cadena,
Y conquistar para ella libertades
Que harán su nombre y vuestra fama eterna,
Yo os quiero cantar entusiasmado
Propagadores de la nueva idea !
La muerte que os cubre con su manto,
No es la muerte de Dios el anatema,
Tras esa vida que dejais ahora
Inmensa vida encontrareis, inmensa,
La historia guarda vuestra hazaña augusta
En su página de oro mas selecta,
Y vuestro nombre santo y respetado
Gravado en la alma de cada hombre queda.
No sois como los míseros tiranos,
Que deja su ponzoña deletérea
Una memoria que maldita siempre
De escarnio sirve y de lección several
Vosotros sois los dioses que en las gradas
Del altar de la pátria se contemplan
E identifica el pueblo con su pátria
Pues vuestra sangre se vertió por ella,
¡ Bendito sea el sacrificio augusto
Que asi un lugar tan prominente os deja !
Vuestro camino, es largo cual la ruta
Donde pasó de tiranía el soplo.
El reguero de sangre es una zo'na
Que atraviesa en su marcha medio polo,
— 49 -
Donde quiera se eleva una ley sábiu
Vuestra sangre está allí para su zócalo !
Alh se rige un pueblo de hombres libres
Ls vuestra sangre que sirvió de apoyo '
Y mi mente contempla con respeto
Inscrito eterno en caracteres de oro
Nonibres que un dia escucharán loshomb^
Rodilla en tierra y con sin par asombro!
l Quién inspirara un fuego i un sublime
Que al sacrificio os arrojó serenos?
¿ Dónde se encuentra la vestal divina
Que siempre vivo alimentó su fuego?
Ah ! el fuego y la vestal, yo las conozco
Que son la jiátria que también venero
Y vuestro amor, causal del heroísmo
Que os dió valor para quebrar sus hio) vn.
¡ Oh benditos ! benditos para siemprr
Redimidores del mortal opreso !
Vuestro cívico esfuerzo ha convertido
En ciudadanos á los pobres siervos.
Y una bandera regaló al esclavo
Y uua Nación á los anales nuevos,
Y libertad al corazón lloroso,
Y al desgraciado un mísero terreno,
Y á la madre sus hijos y su esposo,
Y á la justicia de su solio el estro
Y {\ los poetas vuestro gran pasado
Para que den sus cánticos al viento.
¡ Oh benditos ! benditos para siempr(?
Redimidores del mortal opreso !
Vuestros nombres son tantos, que inipoi>iblo
Los recuerde ninguno, mas ejemplo
Y memoria inmortal habéis dejado
Con el nombre eternal de vuestros hechos.
8oisdos generaciones, todai^ junuis
Marchasteis en los pasos de una huella,
Muy grande es vuestro esfuerzo, muy sublim^^-
La nueva ley que demarcó la esfera
Del pueblo libre que se agita bravo
Y cuya vida es de la sangre vuestra,
¿ Son .;v„ar-.u los frutos recogidos
Igual al sacrificio que se ha hecho ?
¿ Habéis cap^biado la falange esclava
- 50 -
En cui elúdanos que serán ejemplo ?
Si ! vuestros hechos forman esa base
Que siempre guia al pensamiento nuevo
Y cuya solidéz nos asegura
El gérmen infalible de un gran pueblo,
Vuestro triunfo, no es triunfo del presente
El prémio á recoger estaba lejos,
El porvenir lo tiene y lo ha ocultado
Hasta hoy á vuestros ojos el misterio,
La sangre que se vierte no es perdida
Mas no al presente competió en derecho,
Hay un futuro que bonanzas tiene
Del pasado que es guía para su estro
Esperad hasta entonces, ciudadanos,
Recibiréis el prémio á vuestro esfuerzo,
Y seréis bendecidos siempre, siempre,
Redimidores del mortal opreso !
EL JÜDIO ERRA^ITE
Secas y escarnecidas las megillas,
Desangrado y flaqueando las rodillas.
Transido de dolor el corazón,
Escupido, abofeteado,
Sin compasión ni líistima vejado,
Se acerca á la morada del judio
El mártir de la nupvn rolii'ion.
Hermano dice, mi cuerpo macilento
No resiste ya mas, si aqui un asiento
Me niegas sin oir la caridad,
Compadézcate mi estado
Que un inmenso ñivor me habrás prestado.
Y unte mi padre que es el Dios del cielo
Encontrarás el pago á tu bondad.
No liay lugar para tí, responde impío
El despreciable y mísero judio,
Pues has hecho tan bien esta jornada,
Concluye tu camino:
Anda, anda, prosigue peregrino,
E indiferente al llanto y á los ruegos
A otro lado dirige la mirada.
Que no pagues con llanto Lt ironía
De esa respuesta desdeñosa y fria,.
Dios te perdone tu impiedad neftinda !
Asi Jesús le respondió al Judio,
Y por castigo á su lenguaje impío
Le grita aun su conciencia: ¡ and. '
km 1 HOY
de los negro.s ojos
A quien vi tan hechicera
Cuando por la vez primera
Por tu camino pasé,
¿ Porqué ahora estás tan triste 1
•¿, Porqué marchita tu frente,
Y busco en tí inútilmente
1.a alegria que dejé?
¿Te robó el tiempo en su marcha
Esa mística alegria
Que encantára á mi alma u¡i *u.t
Formando nuestro ideal ?
l Fué mentira nuestra dicha ?
l No estaban de encanto llenas
Aquellas horas serenas
De ventura sin igual ?
l No era bello el paisage
Que nuestros ojos miraban,
Y el lago en que reflejaban
De las nubes los colores '?
¿ Y no era suave la brisa
Que batia nuestra frente
Para traernos el ambiente
De los campos y las flores I
«i, era bella nuestra vida.
Llena de encanto y dulzura
«erena cual la natura
Que nuestra vista admiro,
Yo con los ojos del alma
La contemplo en este instante
Y mi deseo anhelante
Nunca mas bella la halló.
Porque siempre en el pasado
Hay un secreto escondido,
Misterio desconocido
Que lia guardado el corazón,
Y las horas trascurridas
'Se miran mas seductoras.
Son á la mente otras horas
De mas amor é ilusión.
Y sin embargo imposible
De volver á esa existencia
De placer y de inocencia
Que trascurrió sin sentir,
Tú y yo somos los mismos,
Te comtemplo aqui á mi lado,
Pero ya todo ha cambiado
En nuestro mismo vivir.
Te veo triste y llorosa...
Es incierta tu mirada
Y tu voz entre cortada
No tiene el timbre de ayer,
Y en tu tristeza y tu llanto
Yo quisiera consolarte
Mas no puedo al confempl
Te creo hasta otra muger !
Adiós, adiós! yo prosigo
El camino que he empezado.
Es largo y está sembrado
De una tristeza sin par,
Si alguna vez me recuerdas,
Lleva al corazón la mano
Y pide á Dios que en su íwrnw
Me sostenga al desmayar.
¿ Quieres pvoi).u un culiz de ventura
Y apurar los placeres del mortal ?
—Déjame en paz, mas quiero mi tristura
Que tus goces, espíritu del mal !
¿ Quieres entonces por distinta huella
Tranquilo en tus ensueños caminar ?
— Tampoco quiero, que no encuentro bella
Una existencia sin ningún azar !
— ¿ Quieres que un germen de pa¡>iuii y ciieant
Suscite tu presencia donde vá "?
— No quiero amor, escitacion ni llanto.
Harta mi alma los rechaza ya.
Euiouccs, ¿ (pié precisas y qué (puevcs,
Cuál tus deseos en la vida son ^
— Tú que las fibras de mi alma hieres
Nunca podrás calmar mi corazón,
\o (|uiero un sueíio que ideo mi mente,
Una ilusión que el alma se creó,
Un ideal que el corazón ardiente
Allá en sus sueños, sin igual pensó.
Quiero una vida de emoción mas viva
Un vértigo de lucha sin igual. '
Un huracán que entre torrentes siga
De los Andes al polo tropical.
Un espiral que agite en remolino
rodero.so turbión de tempestad,
Y olvidado no vea su destino
Y '-ihup mi -.1 mi ansiedad.
Ráfíiga que cruce tempestuosa
Tierras, volcanes, soledad y mai
Y me lleve á la zona vaporosa
Donde el rayo se mira reventar.
Y se quiebre en mi frente ylamarct •
El sol rpH^ ot(M*!i<) ^' r*'Un)il)r:int:» vi
Quiero apagar la sed ([ue me devora
En los torrentes (jue el zenit abrió,
Entre las nubes que ese sol colora
O alia do nunca su fulíior IIpító.
(.¿luci o cambiar de vida y de ai aiuiüii,
Míis aire, mas encanto, mas placer,
Germen ignoto, nueva poesía
Que adormezca las fibras de mi ser.
Quiero que meza el huracán mi lecho
Y dormir á su empuge atronador,
Y la hoguera que siento dentro el pecho
Se apague con su soplo destructor.
Todo eso quiero; ¿ puedes en tu empeño
Llevarme donde ansio ? — No, jamas.
— Entonces vete, miserable génio,
Nunca mis fibras despertar podrás.
Quiero una vida do eternal se agite
Un elemento que no encuentro aquí,
LIBERTAD, IGUALDAD, FBATfcRilDAD
iMii cid ! 011 las bautleras
(¿ue agita rudo el viento
Un lema se halla escrito
Que al mundo conmovió,
Principio sacrosanto
Que rige el pensamiento,
De apóstoles y mártires
El nuevo Testamento
Que á dos generaciones
Una otra les legó.
Mirad! en esos rostros
Por el sufrir marcados,
Por el trabajo oscuros
Y ardientes de juision.
Están con hondo surco
Por siempre señalados
Las huellas de los pasos
En la carrera dados
Que á glorias y martirios
Condujo á esa legión.
Esa lalange invicta
De viejos veteranos
Blanqueando su cabello
Tardios en su andar,
•Son tradiciones vivas
De tiempos no lejanos
Y altivos redujeron
A polvo los tiranos
Y un mundo á las idea3
tupieron conquistar.
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Esas banderas clásicas
Que apenas se sostienen
En sus crispadas manos
Sin vida casi ya,
Partidas on girones
Que el polvo aun reticuen;
Flamearon en los Andes
Donde renombre tienen
Como gloriosos núncios
De fó y de libertad.
Mas que hombres, son ideas,
Encarnación genuina
De una (T^poca grandiosa
Que ardiente vomitó,
El rayo de la ira
Con que en el polvo arruina
La libertad invicta
Al que á oprimir se anima
Los hombres que á ser libres
k)us armas bendecidíis
Grabaron para un muiulu
Del Andes en la cüspidr
La ley del porvenir.
Decálo go sagrado
Que veneró profundo
La humanidad entera,
Y que miró iracundo
Del despotismo el trono
Que se sintió crujir.
« Para los liombrt.^ km^u^
c( La libertad queremos,
(( Hermanos somos todos,
<c Amemenos así »
Digeron— y al momento
Su fó entusiasta vemos,
Sus luchas como ejemplo
Del bien que defendemos
Patriotas nos legaron
Para vencer aquí
Piepúblicos honrados,
Austeros ciudí^hinos,
Patricios cuya ñima
Preconizó el laúd.
— r>8 —
En la grandiosa cansa
De libertad, hermanos.
Proclaman de los hombres
Derechos soberanos
Y legan como ejemplo
Su obra de virtud.
Mas (jiie soldados, mártires,
J\Ias que hombres, son enviados
A redimir los pueblos
Que el yugo envileció,
De estúpido tirano
Que viera conquistados
Para sus descendencias
Los hombres que creados
A propagar la idea
El cielo destinó.
Sus triuníbs son verdades
Que el tiempo ha establecido,
Su sangre, riego santo
Que no se perderá.
Cada derrota un lauro
En áras ofrecido,
De los altares sacros
Que Dios ha bendecido
Por ser el templo augusto
Do la razón está.
Guardemos de ese templo
Las puertas, son sagradas,
Porque en su tabernáculo
Está la libertad,
Si un dia mano alevt^
Quisiera ver violadas
Esas benditas prendas
A nuestra guarda fiadas,
¡ Soldados de la Pátria,
Morir antes jurad !
Morir ! porque es mas digno
Del hombre Ciudadano
En el luchar sereno
Al mundo sucumbir,
Que envilecido y triste
Sufrir Ici férrea mano
Que hi cerviz doblega
Ante iiiinond tinino.
E iuipadico lioinenage
A su poder rejidir.
Generación de lucha
Nos arrojó li suerte
En médio de un camino
Que hasta la gloria vá,
Y antes que envilecidos
Juremos darnos muerte
Que quede nuestro cuerpo
Para la vida inerte:
No importa! de esa san ir
Mas sangre nacerá !
Templados en el luego
Del santo patriotismo
Alumbra nuestro suelo
De Mayo el puro sol,
Y es valla nuestro cuerpo
Al negro servilismo
El astro que nos guía
Es el de Mayo mismo
A cuyo rayo f álgido
La libertad venció.
Mecidos en la cuna
Con himnos de victoria
Simbolizando todos
La gran revolución,
Sus notas argentinas
Deleitan la memoria,
Recuerdan sus acentos
La conquistada glória
Y ardiente de entusiasmo
Palpita el corazón.
Si somos herederos
De ese sin par legado
Si somos encargados
De responder por 61,
Seamos dignos hijos
De ese inmortal pufiadoj
De viejos veteranos
(yuya grandeza ha dado
La libertad de un mundo
Contra un tirano cruel.
Si es negi<i ) azarosa
La vida que llevamos^
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Para sufrir las penas
Está la dignidad,
Repúblicos honrados
Como esos veteranos
Seremos en la lucha.
¡ Morir Rei^ublicanos
O vernos vencedores
Gritando ¡ Libertad !
FIN.
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